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Estas son las historias de los Contadores en Uruguay.

Maximiliano

maximiliano

A principio de año hice un curso de stand up en Club de Comedia porque siempre me gustó divertir y hacer reír a la gente. Mi monólogo incluye un segmento dedicado a los contadores. Me burlo un poco de esa fama de rata que tienen.

Si de chico me preguntaban qué quería ser cuando fuera grande mi respuesta era actor. No hice ningún curso tal vez porque en mi casa me impulsaron a estudiar una carrera y no tenía otras ópticas de salidas laborales. Me inscribí en la facultad de Ciencias Económicas porque me gustaban las matemáticas y sentía que era mi vocación. Cuando cursaba tercero tuve mi primera crisis y me anoté en el ISEF para hacer profesorado de Educación Física. Quedé seleccionado para irme a estudiar a Paysandú, pero enseguida empecé a trabajar y me enganché más con la carrera. Me quedó pendiente.

Tuve diversos empleos como contador y siempre me encargaba de organizar las fiestas de fin de año, los cumpleaños y todas las movidas vinculadas al entretenimiento. Es más, hice un curso de tres meses de organización de eventos porque me gustaba esa área. Hace tres años mi hermana se casó en la chacra El Solar y a mí se me ocurrió recibir a los invitados con la cámara en mano y hacer una especie de alfombra roja. Los dueños del lugar me vieron, les gustó mi perfil y me ofrecieron empezar a trabajar ahí. En ese mismo momento me había surgido la oportunidad de entrar en una multinacional en Zonamérica. Y lo dejé pasar. Al año los llamé para preguntarles si todavía precisaban a alguien que trabajaba en los eventos. Hoy llevo dos años en la coordinación de las fiestas.

Había hecho cursos en la escuela de fotografía pero no había podido poner en práctica lo aprendido por la facultad y los tiempos. Hace un año empecé a desarrollar este hobby también como una salida laboral extra. Hago cumpleaños, casamientos y otros eventos puntuales. A fines del año pasado me anoté en una agencia para hacer publicidad y ya grabé cinco comerciales. Uno de ellos fue para una marca importante de refrescos y se emitió también en Centroamérica. Me siento cómodo en los castings. Y es otro ingreso extra.

A principio de año hice un curso de stand up en Club de Comedia porque siempre me gustó divertir y hacer reír a la gente. El primer show fue una muestra en el Undermovie con familiares y amigos. Sentí muchos nervios, gran adrenalina y unas ganas enormes de probar si el texto que había escrito funcionaba o no frente al público. Mi monólogo hablaba sobre cosas que te pueden pasar cuando uno contrata viajes tipo excursión y ahora le agregue un segmento dedicado a los contadores. Me burlo un poco de esa fama de rata que tienen. Me siento muy cómodo en el escenario, me divierto mucho y me llena el alma. Intento hacer shows cada dos fines de semana en el bar Tinkal o el Tartamudo.

No descarto volver a ejercer, pero no me veo en el área contable sino más bien comercial o de ventas. En 2015 hice un posgrado en marketing y me gustaría seguir por esa rama. Por suerte hoy puedo decir que hago lo que me gusta. La carrera fue más por un deber ser que por algo que quería.

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